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Maximiza la inmunidad natural de la vaca II: alimentación, bebida y estrés.

Maximiza la inmunidad natural de la vaca II: alimentación, bebida y estrés.

Maximiza la inmunidad natural de la vaca II: alimentación, bebida y estrés.

En el artículo anterior abordamos los factores críticos en los que hay que enfocarse para optimizar la respuesta inmunitaria de los animales, comenzando por la alimentación y el agua y el manejo del estrés. 

En esta entrega se tratará los dos factores restantes, que están estrechamente conectados la higiene y las instalaciones.

La higiene, pilar fundamental para la reducción del uso de antibióticos

Un entorno limpio y seco no solo reduce la presión ambiental de bacterias patógenas, sino que también disminuye la carga sobre el sistema inmunitario de los animales, permitiéndoles producir más eficazmente. Este enfoque higiénico es esencial para minimizar la necesidad de intervenciones médicas y el uso de antibióticos.

El manejo adecuado de las camas asegura un entorno saludable para los animales, especialmente para los terneros. Un efecto inmediato es la reducción de la incidencia de enfermedades transmisibles vía feco-oral, como coccidios y criptosporidios.

La gestión de la basura, cadáveres y otros subproductos requiere el establecimiento de procedimientos conforme a la normativa vigente en sanidad animal y medio ambiente, como se especifica en el RD 364/2023, incluyendo un sistema organizado para la recogida e instalaciones adecuadas para el almacenamiento de estiércol.

Los protocolos de limpieza deben abarcar todas las dependencias de la granja. Esto incluye la limpieza regular de cubículos para terneros, áreas de parto, comederos, bebederos, amamantadoras, utensilios compartidos entre animales y los medios de transporte. 

Por último, hay que establecer un plan integral de desinfección, desinsectación y desratización que incluya la aplicación adecuada de productos biocidas o plaguicidas aprobados para uso en entornos ganaderos.

La influencia de las instalaciones en la inmunidad del rebaño bovino

Un diseño y mantenimiento óptimos de las instalaciones reducen el estrés de los animales, permitiendo un acceso fácil a comida y agua, y asegurando suficiente espacio para el descanso. Este entorno promueve una mayor inmunidad y reduce la dependencia de los antibióticos.

La planificación de las instalaciones debe priorizar el confort de los animales, permitiéndoles expresar su comportamiento naturalmente. Las instalaciones deben proteger a los animales de la humedad, el frío y la exposición directa al sol, al mismo tiempo que proporcionan una ventilación adecuada. 

 

 

 

En este diagrama se muestran los aspectos críticos sobre los que es necesario realizar revisiones periódicas.

Los alojamientos para terneras deben cumplir con la legislación en bienestar animal, asegurando el contacto visual y táctil entre ellas. Para las vacas lecheras, el diseño de las instalaciones debe permitir un movimiento cómodo y proporcionar suficientes áreas de descanso y socialización. Las naves y corrales deben tener una superficie confortable para asegurar que los animales están más del 60% del día tumbados.

La gestión del estrés por calor implica valorar la conveniencia de instalar ventiladores, duchas frías y prever suficientes zonas de sombra para mantener la salud y la eficiencia productiva y reproductiva.

 

Los dispositivos como duchas, junto con ventiladores, o los cepillos rotativos son una de las soluciones más eficientes para que la vaca mitigue el calor.

Tanto en estabulaciones libres como en camas frías o calientes, es imprescindible garantizar suficiente espacio para asegurar el confort y la limpieza y prevenir infecciones, especialmente las intramamarias. Los pasillos deben ser lo suficientemente anchos para facilitar el tránsito y la socialización de las vacas, y las superficies deben ser antideslizantes para prevenir accidentes.

En granjas de extensivo, la instalación de mangas de manejo y su mantenimiento en perfecto estado permitirá realizar procedimientos como desparasitaciones y vacunaciones con el mínimo estrés. 

 

Tanto las naves como los corrales deben ser lo suficientemente espaciosos como para permitir que las vacas se tumben confortablemente ya que es conveniente que pasen al menos un 60% del tiempo tumbadas.

Conclusión: el bienestar animal está unido a la reducción del consumo de antibióticos

El bienestar animal no es solo un principio ético fundamental en la gestión de granjas de vacuno; es también una estrategia efectiva para mejorar el estado inmunitario de los animales y reducir el consumo de antibióticos. Al asegurar que los animales disfrutan de condiciones óptimas que incluyen el acceso a una alimentación de calidad, un ambiente saludable, el control efectivo de enfermedades, y oportunidades para el descanso, ejercicio, comportamiento natural y relaciones sociales, estamos estableciendo las bases para un sistema inmunitario robusto.

Este enfoque holístico hacia la gestión de la salud animal subraya la importancia de entender y atender las necesidades del ganado. Al hacerlo fomentamos sistemas de producción más sostenibles y responsables. Debemos de tomar conciencia de que el bienestar animal y la reducción del consumo de antibióticos van de la mano, beneficiando a los animales, a los productores y a la sociedad en general.