Rutina de ordeño

Antonio Palomino y Manuel Cerviño

Fuente: Guía Solomamitis del asesor en calidad de leche

Conseguir una elevada calidad del producto para aumentar el rendimiento económico supone decidir una rutina de ordeño, gestionar dicha rutina y evaluarla.

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La higiene de las vacas en el momento del ordeño es uno de los factores clave para la prevención de mastitis.

 Pezuñas de vacas en ordeño.

Hábitos para una rutina de ordeño

Para lograr una obtención de leche rápida y homogénea, de animales tranquilos y preservando la sanidad de pezones y ubres hay que cumplir tres objetivos:

• Higiene de los pezones: la elevada concentración de bacterias cerca del orificio del pezón tiene una gran influencia sobre las nuevas infecciones. Su limpieza y la expulsión de la queratina durante el ordeño permiten eliminar la suciedad y los patógenos acumulados.
• Detección de leche anormal: la normativa europea obliga al despuntado como mecanismo de identificación de leches anormales (mastitis, sangre…).
• Estimulación: el estrés fisiológico que ejerce la máquina de ordeño sobre la piel y tejidos del pezón disminuye si se estimula previamente a las vacas durante de 10 a 20 segundos.

Se han definido siete hábitos de trabajo que permiten lograr estos objetivos:

1. Agrupación de las vacas por estado de infección:  reduciendo el contacto de las vacas infectadas subclínicamente con el resto de vacas disminuimos la posibilidad de nuevas infecciones. Podemos agruparlas según criterios de estado de infección (infectadas/no infectadas/desconocido), según sus recuentos celulares individuales (> 200.000/< 200.000/desconocido) o según parámetros productivos, como kg de producción de leche (más o menos de 27 kg/vaca/día) o tiempo de ordeño (más o menos de 10 minutos).
2. Vacas tranquilas y limpias antes del ordeño: la liberación de adrenalina por miedo o estrés alrededor del ordeño tiene un efecto negativo sobre la bajada de la leche, y es frecuente que las vacas nerviosas defequen en la sala de ordeño, perjudicando la higiene.
3. Preparación preordeño: las vacas están más tranquilas y dispuestas cuando el ordeño se realiza siguiendo una rutina estandarizada, la calidad de la leche es mayor y también lo es el rendimiento de los operarios. Las vacas por hora que un ordeñador maneja aumentan con una rutina de ordeño por escrito y con una formación regular.

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Figura 1: el tiempo que se dedica a la preparación, especialmente la estimulación táctil para promover la eyección de leche, repercute en la duración y consistencia del ordeño.

4. Pezones secos: el uso de toallitas individuales y guantes contribuye a mantener secos y limpios los pezones.
5. Unidades de ordeño correctamente colocadas: la colocación de las pezoneras debe garantizar la mínima entrada de aire durante el proceso, y el ajuste y alineación correctos deben reducir al mínimo el número de pezoneras que resbalan. El tiempo de retardo desde que se estimulan los pezones hasta que se colocan las pezoneras oscila entre 60 y 90/120 segundos, si se tarda más se pierde el efecto.
6. Unidades de ordeño correctamente retiradas: se deben retirar en el momento preciso, cuando la vaca está totalmente ordeñada (cantidad residual máxima 300 g).
7. Aplicación de posdipping: los productos aplicados al término del ordeño permiten reducir la exposición del pezón a bacterias presentes en la leche.

Objetivos de la gestión de ordeño

Los cambios que se hagan a la sala de ordeño pueden modificar considerablemente los parámetros de calidad:

• Obtener toda la leche de forma higiénicamente correcta y de manera suave y rápida.
• Retirar la unidad de ordeño una vez ha cesado el flujo de leche.
• Tranquilidad en la salida de las vacas.
• Entrada tranquila de las siguientes vacas.
• Colocar la unidad de ordeño después de la higiene preordeño y una estimulación adecuada.

Parámetros de control de una buena gestión de ordeño

Para determinar si los objetivos anteriores se cumplen podemos usar varios datos monitorizados.

• Vacas por hora: se puede aplicar a un grupo o a todas las vacas ordeñadas. Una de las ventajas es que siempre se puede saber, independientemente del grado de automatización, pero la principal desventaja es que no refleja ningún otro parámetro (producción de leche, promedio de flujo de leche en vacas individuales…). Puede ser una ratio muy alta, aunque el ordeño no sea eficiente.
• Vacas por puesto y hora: similar al anterior, pero simplificando las comparaciones entre salas de diferentes tamaños, al tener en cuenta los puestos de ordeño de cada una.
• Leche por hora: incorpora información sobre la fuente principal de ingresos, pero resulta difícil comparar salas de diferentes tamaños.
• Leche por puesto y hora: probablemente es la mejor medida para saber el rendimiento de la sala, ya que permite comparar animales, tiempo y número de puestos de ordeño, sin perder de vista la eficiencia productiva.
• Otros parámetros agrupados en registros, como “secuencia de colocación” o “irregularidades de ordeño”, disponibles en muchos programas informáticos de gestión de ordeño.

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Figura 2: el tiempo dedicado a la higiene preordeño repercute en la duración total del ordeño, y con ella disminuye el número de vacas ordeñadas por operario/hora.

Conclusiones

• Las decisiones relativas a la sala de ordeño son complejas, y un mismo procedimiento de ordeño no satisface las necesidades de todos los productores.
• La verdadera prueba de una correcta rutina de ordeño está en los resultados obtenidos con respecto a la calidad del ordeño, la salud de la ubre y la eficiencia de ordeño.
• Conseguir una adecuada motivación de los ordeñadores mejora la productividad y la eficacia de la gestión de ordeño.
• Desde el punto de vista económico, conseguir reducir los tiempos empleados en los procedimientos de higiene sin que redunde en un perjuicio de la calidad de la leche y el ordeño supone un aumento en la rentabilidad.